Emporio Le Cordon Bleu: estudiantes Finis Terrae exhiben su formación culinaria junto a chefs y autoridades

La segunda versión del evento reunió a más de 80 estudiantes, chefs especialistas, representantes diplomáticos y a la subsecretaria de Turismo, consolidándose como una vitrina del aprendizaje práctico y del valor de los oficios gastronómicos.

Publicado el 18 de diciembre, 2025 · 4 min lectura

El Hall Central del Edificio Pocuro de la Universidad Finis Terrae fue el escenario del Emporio Le Cordon Bleu 2025, una actividad organizada por la carrera de Dirección y Gestión de Artes Culinarias, donde los estudiantes pudieron demostrar en terreno los conocimientos y técnicas adquiridos a lo largo de su formación académica.

La jornada congregó a autoridades universitarias, profesionales del mundo gastronómico, representantes de 16 embajadas y a la subsecretaria de Turismo, Verónica Pardo, quienes recorrieron las distintas estaciones del emporio, interactuando con los alumnos y conociendo de cerca su trabajo.

El chef de Le Cordon Bleu Chile, Tomás Cumsille, quien estuvo a cargo de la producción del evento junto a Julie Manquel, Rodrigo Rojas e Ignacio Morales, destacó el despliegue estudiantil y la magnitud de la actividad. “Tenemos a la mitad de nuestras generaciones participando: estudiantes de primer y cuarto año, más de 80 alumnos trabajando para sacar adelante este evento. Los de primero estuvieron a cargo del servicio y la atención, con el apoyo permanente de cuarto año. Ha sido un trabajo colaborativo al cien por ciento”, señaló.

El académico explicó que el emporio contó con distintas barras y propuestas elaboradas íntegramente por los estudiantes, como jugos naturales, aguas, cervezas artesanales y destilados saborizados, todos parte del proceso formativo. “Estamos muy contentos, vino mucha gente importante para nosotros, personas cercanas del rubro, autoridades y prensa. La convocatoria fue un éxito”, afirmó.

Desde una mirada académica, la directora de la Escuela de Dirección y Gestión de Artes Culinarias, Carolina Cumsille, subrayó que el Emporio Le Cordon Bleu es mucho más que una muestra gastronómica. “El Emporio LCB es el examen final de la asignatura Taller de Oficios Culinarios, donde los estudiantes de último año profundizan en distintos oficios junto a especialistas de primer nivel. Aquí aprenden técnica, historia, cultura, territorio y, sobre todo, el valor del trabajo en equipo, esencial para la vida profesional”, explicó.

La directora destacó además el rol de los chefs-docentes y expertos invitados, entre ellos Diego Lisoni (heladería), Karime Harcha (conservación de alimentos), Alban Barta (chocolatería), Ignacio Morales (panadería), Julie Manquel (charcutería), Tomás Cumsille (cervezas y mistelas), Camila Fiol (confitería) y Rodrigo Rojas (pastelería de vitrina), a quienes definió como “el puente entre la tradición y el futuro, entre el oficio y la creación contemporánea”.

Para los propios estudiantes, el evento significó un desafío real de gestión y coordinación. Josefina Castecs, alumna de primer año y una de las maestras del Emporio, relató su experiencia en la organización del servicio. “Mi labor fue estar pendiente del servicio de barra de vinos y de los garzones. Tuve que gestionar la reposición y estar atenta a todo lo que los estudiantes de primero y cuarto año pudieran necesitar para cumplir con sus funciones”, explicó.

La subsecretaria de Turismo, Verónica Pardo, valoró especialmente el vínculo entre la academia y la industria gastronómica, así como el crecimiento que ha tenido el evento. “Cuando se traspasan estos conocimientos y esta pasión, se genera más entusiasmo. Se nota cuando el trabajo está bien hecho y en los productos que elaboran los estudiantes. Para nosotros es vital la relación con la academia, porque nos permite entender lo que está ocurriendo en la industria, entregar retroalimentación y acompañar a los jóvenes en el camino que están desarrollando”, sostuvo.

Una vez finalizado el evento, que celebró su segunda versión, los asistentes recibieron un presente que consistió en una mistela, una mermelada de tomates y un frasco de encurtidos, todo elaborado de manera artesanal por los mismos estudiantes bajo la supervisión de los chefs.
Sin dudas esta actividad fue el resultado de meses de trabajo, investigación y colaboración, reafirmando el compromiso de la Universidad Finis Terrae con una formación que integra técnica, pensamiento crítico, sensibilidad artística y responsabilidad social. Para los estudiantes, la experiencia marcó un hito en su transición al mundo profesional; y para la comunidad, una invitación a valorar los oficios culinarios como parte del patrimonio cultural y territorial del país.