En una entrevista en Radio Pauta, el rector de la Universidad Finis Terrae y exsubsecretario de Educación Superior, Juan Eduardo Vargas, entregó una mirada crítica al proyecto de Financiamiento de la Educación Superior (FES), alertando por sus efectos en la autonomía universitaria, el financiamiento institucional y la equidad del sistema.
El rector fue categórico al describir el escenario que observa si la iniciativa avanza sin modificaciones profundas: “Este proyecto, sin cambios, es una bomba de tiempo para el sistema de educación superior”, afirmó, precisando que la combinación entre alta dependencia estatal, restricciones al copago y dudas sobre la sustentabilidad fiscal tensiona de manera inédita al sector.
Durante la conversación, advirtió que uno de los efectos más sensibles del FES es la pérdida de autonomía. Explicó que, si el financiamiento depende casi exclusivamente del Ministerio de Educación, las universidades verán reducida su capacidad para ejercer pensamiento crítico frente a la autoridad: una relación que, en sus palabras, “desnaturaliza el rol universitario” al transformar la independencia académica en un aspecto vulnerable.
Juan Eduardo Vargas también alertó sobre los riesgos de mayor segregación dentro del sistema. Señaló que instituciones pequeñas, que hoy reciben a un número significativo de estudiantes vulnerables, podrían quedar fuera del FES por inviabilidad económica, convirtiéndose en opciones solo para quienes puedan cubrir el arancel completo o cuenten con becas internas. Aunque reconoció que el proyecto incorpora alivios relevantes para los deudores del CAE, insistió en que sería más prudente separar esa discusión del diseño de un nuevo modelo de financiamiento, y criticó que el Gobierno no haya mostrado una voluntad real de introducir ajustes sustantivos pese a declararse abierto al diálogo.
En la entrevista también abordó la situación de los requisitos de ingreso para las carreras de pedagogía, marcados por la indefinición. Vargas recordó que la exigencia vigente es un puntaje superior a 600 puntos, pero agregó que el Ejecutivo ha planteado nuevamente flexibilizar estos criterios. “No está completamente definido… no se sabe si van a ser 500 y tantos puntos o sobre 600 puntos”, afirmó, calificando como “lamentable” que estas decisiones se tomen tan encima del proceso de admisión, dejando a los postulantes sin reglas claras.
La discusión sobre el proyecto FES seguirá avanzando durante las próximas semanas, mientras el sistema de educación superior observa con atención sus efectos potenciales en la autonomía, la diversidad institucional y la sustentabilidad del modelo formativo.
