El primer Código de Ética del Poder Judicial fue sancionado tras un extenso proceso de análisis y debate, el cual culminó en las recientes Jornadas de Reflexión de la Corte Suprema a fines de octubre. El documento finalmente fue aprobado de manera unánime por el pleno de dicho tribunal, a mediados de noviembre pasado.
El Código de Ética del Poder Judicial fue desarrollado por un equipo liderado por la ministra de la Corte Suprema, Adelita Ravanales Arriagada, a través de un trabajo participativo que contó con la colaboración de expertos chilenos y extranjeros.

La colaboración del profesor Onfray en la creación del Código de Ética del Poder Judicial
El profesor Arturo Onfray Vivanco fue uno de los expertos invitados por el máximo tribunal, con el fin de que pudieran “compartir sus conocimientos y evaluar el trabajo que hemos realizado”, así como aportar su opinión sobre la redacción de este primer Código de Ética del Poder Judicial, explicó la ministra Ravanales.
El Doctor en Derecho por la Universidad Católica de Lovaina (Bélgica) y abogado del Departamento de Estudios del Consejo de Defensa del Estado, Arturo Onfray, es profesor titular adjunto de la Facultad de Derecho de la Universidad Finis Terrae, donde imparte la cátedra de Probidad y acceso a información pública, y profesor del ramo de Ética Judicial en la Academia Judicial, institución en la cual participó en el equipo a cargo de la preparación de la Guía de buenas prácticas judiciales en temas éticos.

El académico resaltó que “los temas éticos son centrales para un buen funcionamiento de la administración de justicia, en cuanto un juez no solamente necesita tener conocimientos sobre el Derecho y los procedimientos, sino que también tiene que tener una adecuada formación valórica para que así su trabajo, en beneficio de los justiciables, sea de mejor calidad”.
El profesor Onfray ahondó en la relevancia social de este primer Código de Ética del Poder Judicial, señalando que “la legitimidad de un instrumento se fortalece en la medida en que es una construcción en la cual se escucha a la comunidad, a las personas que han trabajado en el tema, etc. Finalmente, toda esta discusión ética, el ejercicio ético de la judicatura, impactará sí o sí positivamente en la confianza que la ciudadanía tiene con el Poder Judicial”.