Cristian Prado, académico de la Escuela de Educación Básica de la Universidad Finis Terrae, a través de una carta al director en diversos medios regionales como La Discusión y Crónica de Chillán, El Austral de La Araucanía, entre otros medios, abrió un debate sobre el impacto del uso de celulares en las comunidades escolares y el desafío de reorientar la tecnología hacia un rol formativo más profundo. Su reflexión llega en un momento clave, tras la aprobación del proyecto que prohibirá el uso de estos dispositivos en niveles parvulario, básico y medio a partir de 2026.
En su análisis, Prado valoró la decisión del Senado como un avance sustantivo para el desarrollo integral de niños, niñas y adolescentes. “Es una medida necesaria para resguardar el desarrollo de las funciones ejecutivas, el bienestar socioemocional y la convivencia escolar”.
“Prohibir el uso del teléfono en clases no implica excluir la tecnología de la escuela. Por el contrario, permite orientarla hacia un uso pedagógico más intencionado, seguro y responsable”, afirmó, destacando que la evidencia internacional respalda regulaciones que favorecen entornos de aprendizaje más concentrados y colaborativos.
Prado finalmente advirtió sobre la necesidad de avanzar hacia modelos educativos capaces de integrar la tecnología desde una lógica crítica. “La tecnología debe estar al servicio del aprendizaje, no competir con él”.
