Alumni y docente de la Finis, Romero, junto al equipo de SUMO ha realizado la museografía de algunas de las muestras más importantes del último tiempo.
Pablo Romero Evans Socio fundador de la oficina de Arquitectura y Diseño SUMO.
Es Diseñador, con mención diseño de ambientes y objetos (hoy equipamientos) de la Universidad Finis Terrae. Es profesor y diplomado en Habilidades Docentes en la misma casa de estudios. Desde 2006 dirige, junto a Sebastián Moro, la oficina de Arquitectura y Diseño SUMO, con la que ha liderado destacados proyectos como “Frida y Diego: Vidas Compartidas” en el CCPLM; nueva museografía del Museo de Historia Natural de Valparaíso; y “Chile antes de Chile” del Museo Precolombino, entre otros. Algunos de sus últimos trabajos son el Museo de las Telecomunicaciones de Valdivia (2022) y el Museo de la Chilenidad de Santa Rosa de Las Condes (2022).
Cuando el inglés Geoff Pickup murió, en 2022, la Museums Association lo calificó como “La quintaesencia del diseñador de museos” y el diario The Guardian le dedicó un extenso obituario, destacando que desde los 80 estaba a cargo de la imagen del Museo Británico, de sus galerías, espacios públicos y material publicitario, como su jefe de diseño por 38 años.
El texto informa que, tras jubilarse en 2013, Pickup formó una pequeña consultora de museos y destaca: “Fue consultor principal de una nueva galería en el Museo de Arte Precolombino de Santiago, Chile, inaugurada en 2014”, aludiendo a “Chile antes de Chile”, que aún está en el nivel -1 del céntrico espacio cultural.
Es el único trabajo en el extranjero que se menciona, una oportunidad única de aprender de un maestro, que aprovechó al máximo la contraparte técnica de Pickup en Chile: Pablo Romero, cofundador de SUMO, alumni y docente de la carrera de Diseño de la Universidad Finis Terrae.
El contacto se dio a través del propio Museo Chileno de Arte Precolombino. SUMO llevaba la relación con la oficina inglesa y hacía realidad en Chile el diseño museográfico que proponía Pickup, “un caballero talentosísimo”, recuerda Romero, de quien tuvo un “aprendizaje inmensurable”. Incluso viajaron a Londres a visitar algunas de las exposiciones que Pickup había proyectado. “Fue una suerte gigante y muy difícil de volver a repetir”, dice sobre esa experiencia, que se suma a la extensa lista de proyectos de SUMO y su equipo.
En la Universidad Finis Terrae la carrera de Diseño ofrece la opción de especializarse en diseño gráfico o en objetos y equipamientos. El primero abarca diversas áreas de desarrollo creativo, productos editoriales, imagen corporativa, branding, packaging y multimedia.
La especialización en Objetos y Equipamientos (antes llamada Ambientes y Objetos) está orientada al desarrollo e implementación del espacio habitable, con énfasis en la innovación y el emprendimiento. Como Romero, el egresado genera respuestas de diseño vinculadas a la calidad del espacio y su equipamiento, así como diversos tipos de objetos y productos bajo criterios sustentables.
Me orienté al equipamiento porque sentí que podía desenvolverme con mayor soltura en esa escala y entregar un vehículo que potencialmente puede conectar y articular otras disciplinas.
Desde niño sentí una fuerte atracción por las disciplinas del arte y la expresión creativa, y de la universidad me llamó la atención el plan de estudios integrado de Arquitectura, Diseño y su vinculación a la Escuela de Artes.
Porque el diseño es una manera de comprender la habitabilidad y las situaciones complejas que la desafían, cuestionan, modifican y finalmente definen. En ese sentido la arquitectura, el urbanismo, los códigos gráficos y de comunicación visual, la iluminación y el paisajismo son todos respuestas a la necesidad del contexto.
Hoy, como docente de la Universidad, Romero reconoce aún las huellas de su formación: “El ejemplo de mis maestros, su pasión por el oficio y la enorme voluntad de mis compañeros determinaron mi convicción por el camino transversal del diseño en todas sus formas. De esa manera comprendí que el lenguaje que empezamos a descifrar en la escuela se transformaría en el medio y en los canales para comunicarnos entre seres conscientes y responsables de nuestro rol en un mundo interconectado”.
“Encontrarse con las personas correctas en el lugar adecuado” fue lo que llevó a Pablo Romero a orientar su desarrollo profesional en un ámbito ligado a la cultura, el patrimonio y la educación. “Tengo una afinidad con el arte en general, como una manera de contar historias y de poder mostrar las cosas para enseñarlas. Es un tema que nos conecta y gratifica por sobre otros rubros que hemos explorado”, agrega sobre el extenso listado de trabajos que ha realizado SUMO, como el proyecto con el Museo Precolombino.
Sin embargo, precisa que la relación con este museo comienza un poco antes que su labor junto al experto inglés que lo deslumbró. Data de cuando empiezan las obras de renovación del arquitecto Smiljan Radic, lo que obligó a desarmar las colecciones y cerrar las puertas por un tiempo. “El museo organizó una exposición en el Centro Cultural La Moneda y nos adjudicamos esa exposición”, recuerda Romero, aludiendo a la selección de la muestra permanente que se llamó “Chile 15 mil años”, uno de los tantos trabajos que Romero ha realizado bajo la sede de Gobierno. Así responde a la pregunta sobre el origen de la vocación por el diseño museográfico, que engloba las técnicas de concepción y realización de una exposición:
Se debió a la suma de varios factores. Primero por la constante afinidad con los contenidos del arte y sus posibilidades, luego por el permanente interés en combinar elementos, especialidades y rubros para generar algo distinto, diferente. Esa inquietud y búsqueda hacia la reinterpretación de lo conocido me llevó a desarrollar como proyecto de título, mientras era estudiante, un espacio expositivo para difundir nuevos materiales renovables y sus procesos de reciclaje.
Romero se refiere a su tesis de 2002 “Pabellón Tectan. Tema: El reciclaje como proceso de producción de materias primas”. Tectan es el nombre de un material aglomerado que usa los envases de Tetra Pack como materia prima para su fabricación. Para concretar su proyecto de título, Romero se acercó a la empresa Tetra Pack, que apoyó su idea de usar el Tectan como plataforma de exhibición de este material capaz de actuar como gran aislante termo acústico, utilizando envases que normalmente se convierten en desecho.
El rescate patrimonial está en los albores de su oficina SUMO, cuando en 2002 se encargó de la renovación del Museo de la Merced. Al año siguiente ganaron el concurso de la entonces DIBAM para trabajar en la nueva museografía del Museo de Historia Natural de Valparaíso, fundado en 1878 y reabierto el 2014 con el anuncio de gratuidad para todos los museos públicos.
“Ese proyecto fue de los más relevantes, porque nos obligó a abrir los límites que tenía el diseño más convencional de la museología y buscar, a través de diseños de escenas y atmósferas, mayores contrastes que nos ayudaran a representar la diversidad de Valparaíso y su colección”, recuerda Romero.
De SUMO fue también la museografía de “Frida y Diego: Vidas Compartidas” (2008) y “Andy Warhol: Ícono del Arte Pop” (2017), ambas entre las más exitosas y recordadas del CCLM. El aprendizaje y desafío de trabajar con distintas culturas es parte de lo que destaca Romero de las exhibiciones desarrolladas con el LACMA (Museo de Arte del Condado de Los Ángeles), “El universo de la India” (2012) y “Arte Islámico” (2015), también en el espacio subterráneo.
Entre sus obras más recientes está la museografía del Museo de las Telecomunicaciones de Valdivia, ubicado en la Casa Lüer, una centenaria construcción de la capital de Los Ríos. Allí, dice: “Se cruza la historia de la casa como contenedor y con la esencia de su contenido, que es la posibilidad de comunicarnos para acercarnos como personas a través de los instrumentos de las telecomunicaciones”.
Una escultura cinética de Benjamín Ossa, que SUMO dispuso en ese museo del sur de Chile abierto el 2022, le permite a Romero resumir su credo: “Ese es un ejemplo de la preocupación permanente que tenemos y de la convicción de que el arte tiene el poder de acercar los contenidos culturales a las personas”.
Del mismo año es el Museo de la Chilenidad en Santa Rosa de Apoquindo, donde transformaron una antigua llavería en salas de exposición temáticas que abordan al caballo, la tierra y el habitante de la zona “huasa” de Chile.
“Todos nuestros proyectos han significado un aprendizaje y crecimiento”, dice hoy Romero, quien suma otros hitos de su trayectoria: el Túnel Universo en el MIM, la Sala de Entomología del Museo Fonck en Viña del Mar, la exposición “Pasado de Moda, Historias de una Colección”, en el Museo Histórico Nacional, y “El Canon Revisitado”, en el Museo Nacional de Bellas Artes.
“Llevamos dos décadas juntos y ha sido desafiante ir desarrollando proyectos cada vez más complejos que tengan una mejor llegada con el público, para facilitar la entrega de contenidos a todas las audiencias”, resume
Justamente ahí está la exigencia de poder renovarnos e ir cumpliendo ciclos, reinventándonos y abriéndonos a otros campos, entendiendo que esto no tiene un límite en el Patrimonio, sino que se puede aplicar a otros circuitos interpretativos, a experiencias que transmiten identidad, a cosas que se pueden poner en valor.