Libro “Las puertas del mundo”

Alberto Veloso

Al ritmo de un emprendedor

Creador de una App que promete un mundo sin basura, este alumni de Ingeniería Comercial tiene además una carrera ejecutiva de nivel global.

Alberto Veloso González Cofundador y CEO de 0 Waste

Magíster en Marketing e ingeniero comercial de la Universidad Finis Terrae (2012-2019). Ha desarrollado una carrera ejecutiva en firmas como Agránimo, Mérieux NutriSciences, BusinessHub Consultants, Omnix AI y Travel Wifi, donde ocupa la gerencia general para las Américas. Es cofundador y CEO de Zero Waste (2020), start up que crea una aplicación colaborativa para entregar en tiempo real a las personas información sobre la ubicación de los diferentes lugares de reciclaje para los productos de las empresas integradas en la plataforma.

¿De qué año eres tú? Le preguntaban a Alberto Veloso, “El Beto”, en la Universidad. Para ahorrar explicaciones él simplemente decía: “De todos”. Y algo de eso era verdad, pues este joven que llegó desde Rancagua a matricularse en Ingeniería Comercial en 2012, se tardó casi ocho años en sacar su carrera en la Finis.

“La verdad es que me costó un poquito más que al resto terminar”, reconoce quien hoy a los 31 años es gerente general de una empresa de telecomunicaciones de nivel mundial. ¿La razón de la demora? Alberto es un fiel representante de su generación, un millennial de tomo y lomo, quien a poco comenzar sus estudios comenzó a probarse en el mercado laboral.

“Empecé a representar a la U en eventos, ganando premios en convocatorias para jóvenes emprendedores en el área de innovación. A mí siempre me ha picado el bichito de la innovación, siempre me ha gustado mucho el tema de las startups”, dice el hoy también fundador de Zero Waste, una reconocida App que busca algo no menor: “Lograr un mundo sin basura”.

Lleno de inquietudes, Alberto recuerda que fue gracias a una feria laboral celebrada en la propia universidad que consiguió su primer trabajo en Agránimo, una startup dedicado al desarrollo tecnológico en el mundo agrícola.

“Nunca se me va a olvidar, porque un viernes tuve la entrevista, me dejaron y conocí a todo el equipo en una fiesta después”, dice sonriendo. “Es que tengo muchas habilidades blandas”, bromea. Más en serio, explica: “El problema es que tenía que hacer un pitch (presentación del negocio) de la empresa en inglés el lunes ante una comisión. Estaba tan nervioso. Y la verdad es que hice el ridículo. Estuve muy mal. Se me acercó el gerente y me dijo: ‘Alberto, esta va a ser tu peor presentación’. Y así fue”.

Fue un golpe. Para mí fue como un shock de realidad, en el fondo. Ese fallar me dolió mucho, entonces dije para la próxima vez estaré más preparado y voy a tener que estar dentro de los plazos. La siguiente vez fue en Uruguay, en Montevideo. El pitch era en inglés también. Entonces vi cómo mejorarlo, tanto la presentación como el storytelling que tenía que ver con cómo yo, siendo de Rancagua, veía el impacto que iba a tener esta tecnología en la vida de campo. Y ganamos. Después de eso me quedé en la empresa. Estuve tres años, desde el 2015 al 2018.

Fue muy difícil. Por el trabajo tenía que hacer conferencias vía Skype, viajar a hacer las presentaciones, captación de clientes, me tocaba también ir mucho al campo. Era ingeniero comercial y estudiante. De repente estaba con mis compañeros y me tenía que ir a Los Ángeles porque estaba en un proyecto en terreno. Era un dolor de cabeza.

Porque el diseño es una manera de comprender la habitabilidad y las situaciones complejas que la desafían, cuestionan, modifican y finalmente definen. En ese sentido la arquitectura, el urbanismo, los códigos gráficos y de comunicación visual, la iluminación y el paisajismo son todos respuestas a la necesidad del contexto.

Alberto cuenta que además por esa época se le ocurrió su primer emprendimiento, una plataforma laboral que buscaba posicionar a estudiantes con startups. “En el fondo era integrar a empresas que no tenían presupuesto para contratar a un profesional, pero sí tenían tal vez presupuesto para pagarle a un estudiante que le iba bien en la Universidad. Los estudiantes quieren la experiencia y la startup quiere mano de obra barata para poder hacer escalar su proyecto”, resume. “Esa fue la idea y no funcionó, pero aprendí mucho”, agrega.

(Sonríe) Justamente hablábamos sobre eso con un profesor hace poco. Quizás estaba un poco adelantado, tenía una vida más del tipo de lo que pasa ahora con las clases online. Pero en ese tiempo todas las clases eran presenciales y para mí era imposible estar asistiendo si tenía que estar viajando a Uruguay, Puerto Rico o Estados Unidos. Recuerdo haber pensado "¿Qué hago? ¿Congelo?”. Lo que hacía al final era tomar dos ramos por semestre e ir para las pruebas. Mi asistencia era casi nula y muchas veces me eché los ramos. .

Mientras intentaba encontrar la forma de integrar los estudios y su ascenso laboral, Alberto pasó por otras empresas de alcance regional, como un laboratorio francés con oficinas en Brasil y una consultora internacional.

“Ya era el año 2019, ya tenía que estar haciendo un magíster y mis papás me decían: ‘Beto, enfócate en los estudios porque ya llevas siete años y no estás terminando”. Entonces volví a Chile a terminar la U. Me quedaba la defensa de tesis solamente, y me la eché. Pero tenía una segunda oportunidad y me enfoqué”, asegura.

APRENDER A ESCALAR

Alberto Veloso recuerda que en el colegio era aventajado en deportes. Ganó una beca como rugbista para irse a cursar tercero y cuarto medio a Nueva Zelanda, pero una lesión terminó por traerlo de vuelta al país. “Mis papás me recomendaron la carrera de Educación Física, pero quise un desafío nuevo y dije: ‘Voy a entrar a comercial’. Me gustaban las matemáticas y me propuse estudiar. Aunque siempre fui hiperquinético y con déficit atencional, al punto de tomar Ritalin cuando chico, en esos años ya había hecho un détox de pastillas y quería enfocarme en lograrlo”.

En sus propios tiempos, finalmente Alberto se tituló de ingeniero comercial en el segundo intento. “Como estaba trabajando quizás tenía otro foco y no le tomé el peso al examen final. Además, ya había empezado con el desarrollo de Zero Waste y ganábamos concursos pese a que estábamos en una etapa temprana, era sólo una idea. Quedábamos finalistas o semifinalistas en diferentes instancias, y eso significaba que teníamos algo. Estábamos por el camino correcto".

La ruta que había tomado la inquietud mental de este alumni de la Finis Terrae tenía que ver con el cuidado del medio ambiente y, por cierto, las matemáticas.

Partió por poder resolver una problemática gigante. En 2019, pasando para 2020, con uno de mis socios escuchamos que en Chile se producen alrededor de 8,1 millones de toneladas de basura domiciliaria y apenas se recicla el 4%. Para mí fue sorprendente: por qué un porcentaje tan bajo si se han implementado diferentes políticas públicas, como la ley de plástico de un solo uso, la ley reciclaje, la ley REP. No entendía cómo no aumentaban un poco más las tasas de reciclaje. Y vimos que faltaba participación ciudadana y que las empresas estuviesen más involucradas. Entonces, creamos una plataforma para integrar todo: municipio, empresas y ciudadanía participando en la preservación medioambiental a través del reciclaje.

Zero Waste es una plataforma interactiva que se propone llegar a ser como un Waze del reciclaje. A través del escaneo de los códigos en las etiquetas de los productos, la App brinda información sobre la composición de los envases y los lugares más próximos dónde reciclarlos. “Esa la pregunta principal según todas las encuestas”, explica.

Cuenta que el desarrollo de su startup -cómo no- se ha dado en paralelo a otras ocupaciones. A fines de 2020 comenzó a trabajar en una consultora de negocios internacionales. “Me permitía practicar mis idiomas, portugués e inglés, y me daba la posibilidad de aprender más. No solamente quería aprender a emprender, sino que también aprender cómo escalar una empresa. Porque para mí el mundo es eso: atraer capital y exportar capital”, explica.

Durante los tres años que estuvo en la consultora, Zero Waste seguía ganando reconocimiento. En 2021 se lanzó la aplicación móvil. “Tuvo un muy buen recibimiento porque era información que habíamos recopilado en la pandemia, haciendo scrapping, que es cuando buscas información en diferentes lados, la juntas y la dispones correctamente”, describe.

Los últimos años han sido movidos para Alberto. Trabajó en 2022 como gerente de ventas en una desarrolladora de IA y luego le ofrecieron el puesto de gerente general para las Américas de Travel Wifi, una empresa de telecomunicaciones globales que opera en 130 países. “Esa es mi gerencia hoy en día y paralelamente también llevo mi marca propia. Ambas cosas me apasionan, las mezclo. En el fondo, Travel Wifi me da la seguridad financiera y Zero Waste todavía es una idea, un proyecto que quiere hacer un impacto en la sociedad. Estamos trabajando para eso, para que se financie a partir de la venta de los de los códigos QR y la integración de códigos de barras”, resume.

Mi papá me enseñó que siempre es bueno también trabajar para alguien para así tener la perspectiva del empleado, además de la del empleador. Para él no ha sido fácil mi movilidad. Pero tiene razón. Además, hace poco me casé y eso también es algo que tengo que aprender a compatibilizar. Y, como mi señora es estadounidense, todas las posibilidades que se abren en el futuro me resultan atractivas. Si Zero Waste crece y si Travel Wifi crece, me gustaría poder crecer con ellos dos. La verdad, soy de la línea de que hay que hacer de todo en la vida.

Lo digo de dos formas. Por un lado, quiero aprender y aprendo rápido. Pese al déficit atencional hoy me enfoco y sé cómo manejarlo. Eso es algo que me dejó el paso por la Universidad. En la Finis aprendí a jerarquizar, porque mi forma de manejar el déficit de atención es ir a un ritmo más rápido de lo normal. De hecho, cuando no avanzo me frustro demasiado. Pero también soy súper persistente, una cualidad que me enseñaron mis viejos. Lo otro importante del mundo laboral de hoy, es que cuando tienes resultados que se pueden ver, logras visualización y te valoran. Todas estas exposiciones que me da Zero Waste o lo que logro con las empresas, hace que otras empresas me busquen.